Una edición de las «Cartas marruecas» de Cadalso inaugura la colección «Peregrina» del IDEA

publicado en: Colección Peregrina, Publicaciones | 0

Acaba de publicarse como número 1 de la nueva colección «Peregrina» del Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA) una edición de las Cartas marruecas de José Cadalso, preparada por Ignacio Arellano Torres:

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José Cadalso, Cartas marruecas, New York, IDEA, 2015, col. «Peregrina», 1. ISBN: 978-1-938795-02-2.

Las Cartas marruecas, escritas por José Cadalso, son un clásico de la literatura española y una de las más valiosas obras del siglo XVIII. Conforman el volumen una serie de cartas cruzadas entre tres personajes: Gazel, Ben-Beley y Nuño. Aprovecha Cadalso esta multiplicidad de remitentes para criticar los aspectos que a su juicio han supuesto la decadencia de España. Es decir, las Cartas constituyen una obra crítica con el desarrollo de la nación y en ellas se nos presentan las causas de lo que el autor considera un presente decadente. Tales causas nos remiten a asuntos como las guerras en las que se ha visto envuelta España, la incapacidad de ciertos dirigentes, los malos hábitos adquiridos por los españoles, etc. Suponen una honda reflexión y una valiente denuncia de los problemas estructurales que lastraban el país. Las Cartas marruecas son el ejemplo de una obra: crítica, patriótica, valiente, genial.

Ignacio Arellano Torres desarrolla actualmente sus estudios de doctorado en el Departamento de Lengua y Literatura españolas en la Universidad de Stony Brook (Nueva York), donde compagina sus investigaciones con su labor como instructor de español, trabajo que ya había desarrollado con anterioridad en la India. Licenciado en Historia por la Universidad de Navarra, ha desempeñado también funciones docentes en los niveles de Educación Secundaria y Bachillerato. Ha publicado una antología de artículos firmados por Mariano José de Larra, y en su faceta de escritor sus relatos han sido seleccionados en varias antologías de naturaleza tan diversa como pueden ser el erotismo, el humor o el horror.

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